domingo, 13 de noviembre de 2016

Caso de acoso en Primaria

En una clase de sexto de primaria nos encontramos con una figura clave en las aulas, el líder (o uno de los líderes) de la clase. Félix es el típico niño que, al encontrarse integrado en su clase y gustarle llevar a cabo las riendas de los juegos dentro y fuera de clase, se aprovecha de otro alumno recién llegado al centro para hacer destacar más su papel de rol dominante.
Primero empieza intimidando a Adrián fuera del colegio para terminar de realizar acciones contra él dentro del colegio. Como bien vemos, aprovecha la hora de recreo y la salida para emprender acciones contra él en cuanto a golpes, discriminación en el juego, burlas, etc.
Félix ha arrastrado a su "grupo de acoso" a 4 niños para apoyar su acción negativa contra Adrián.
También vemos al grupo que es mero espectador de los hechos.

Como docentes, debemos conocer la fundamentación básica e ideal de nuestro Plan de Convivencia en donde se debe resaltar la premisa de adquirir hábitos de respeto y tolerancia. Como tutores, deberíamos tratar en el trabajo diario, actividades grupales en el juego y tareas de inclusión a todo el aula, formando grupos con cambios muy dinámicos y heterogéneos para que todos trabajen con todos y se conozcan en los diferentes ámbitos del entorno escolar. Esto evitaría que se forjen grupos muy consolidados y encuentren un líder que arrastre siempre a dicho a grupo a realizar tareas o juegos que puedan buscar como foco a alguien que no tenga un grupo de referencia claro. El Plan de Acción Tutorial debería reflejar dicha dinámica.

La actuación de la jefe de estudios y la tutora es inapropiada al no hacer caso de las primeras quejas de los padres una vez presentado el problema. Pero donde más pecan de mala conducta es en la discrección y trabajo con el resto del aula para intentar incluir a Adrián en el grupo y encima hacerle protagonista de un problema en el cual hay que ayudarle.

En este caso, se debe observar al grupo, crear actividades de inclusión a toda la clase sin particularizar en nadie ni justificar los juegos que se propongan con la intención de que un solo niño juegue. Reforzar la autoestima del niño dirigiendo juegos de manera discreta para que él tenga una participación constante.

En cuanto al comportamiento de los alumnos, como he dicho al principio, hay un reflejo claro de los diferentes grupos, ya sean los dominantes arrastrados por un lider y los mero espectadores que ven el problema pero no actúan. 

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